Este es un mito que todavía escuchamos mucho, sobre todo con conservas caseras de verduras o vegetales. La idea suena lógica: “si pongo aceite encima, no entra aire, entonces la conserva está protegida”.
La realidad: el aceite solo evita que la conserva esté en contacto directo con el oxígeno. Eso puede ayudar a que no se forme moho en la superficie, pero no garantiza seguridad total.
Si el pH de la conserva es mayor a 4,5, sigue existiendo riesgo de toxina botulínica, el gran cuco de todas las conservas. Esta toxina puede desarrollarse en ambientes sin oxígeno y es altamente peligrosa, por lo que el aceite no la detiene.
Por eso, es importante no confiar solo en el aceite como método de conservación. Las conservas deben prepararse siguiendo medidas de seguridad:
– Acido adecuado (limón, vinagre)
– Tratamiento térmico correcto
– Frascos y tapas limpias
– Almacenamiento seguro
Cubrir con aceite puede ser útil para presentación o para prolongar un poco la frescura, pero no sustituye los cuidados esenciales de conservación.