Un clásico que se puede disfrutar solo, en tostadas o como relleno. La textura firme y el dulzor concentrado lo hacen ideal para conservar por largo tiempo.
Un clásico que se puede disfrutar solo, en tostadas o como relleno. La textura firme y el dulzor concentrado lo hacen ideal para conservar por largo tiempo.
Lavar bien los membrillos, sacar los cabitos, cortarlos en cuartos y hervirlos en agua hasta que estén tiernos al pincharlos. Sacarles los centros y reservar.
Pesar los trozos de membrillo pelados y anotar el peso. NO tirar el agua, que puede usarse para hacer jalea en otra receta.
Colocar los membrillos pelados y pesados en otra olla. Agregar 600 g de azúcar por cada kilo de membrillo y cocinar a fuego medio.
A mitad de cocción, podés mixear para que quede más lisa. Cuando esté por estar lista, hervir a borbotones hasta que se forme un surco muy persistente en el fondo de la cacerola (68 Brix con refractómetro o 107°C con termómetro).
Verter en un molde resistente al calor y dejar reposar de un día para otro hasta que solidifique.
Al día siguiente, podés cortar en trozos, pasarlos por azúcar y dejar secar al aire para formar una costra crocante.
📌 Conservación:Dura muchísimo tiempo gracias al alto contenido de azúcar.
Soy Giselle Bilesio, Ingeniera Agrónoma y una apasionada del mundo de las conservas.
Desde hace mas de quince años me dedico a enseñar, asesorar y acompañar a quienes quieren eleaborar alimentos seguros, ricos y duraderos: desde emprendedores y fábricas hasta personas que simplemente disfrutan cocinar y conservar en casa.