Una conserva que te saca de apuro cada vez que cocinás y no querés llenarte las manos de olor a ajo.
Una vez abierta, se guarda en heladera y vas sacando según necesites.
Una conserva que te saca de apuro cada vez que cocinás y no querés llenarte las manos de olor a ajo.
Una vez abierta, se guarda en heladera y vas sacando según necesites.
Pelá los ajos y pesalos según la cantidad que quieras conservar.
Colocalos en una fuente y agregá ácido cítrico (1 tapita por ½ kg de ajo) o cubrilos con vinagre.Tapá la fuente y dejalos en la heladera hasta el día siguiente. Esto los hace seguros y estables.
Escurrí los ajos y picalos como más te guste. También podés dejarlos enteros.
Ponelos en frascos limpios, dejando 1,5 cm de espacio de cabeza. Golpeá suavemente el frasco sobre un paño para eliminar burbujas de aire.
Agregá aceite o agua hasta cubrir completamente los ajos.
Colocá los frascos en una olla con agua caliente, asegurando que las tapas queden cubiertas.Herví 10 minutos desde que el agua retoma hervor (para frascos de 100–150 g).
Retirá los frascos inmediatamente del agua y dejalos sobre un paño hasta que se enfríen.Lavalos por fuera y guardalos en un lugar oscuro.
📌 Duración: hasta 1 año cerrado, refrigerar una vez abierto.
Soy Giselle Bilesio, Ingeniera Agrónoma y una apasionada del mundo de las conservas.
Desde hace mas de quince años me dedico a enseñar, asesorar y acompañar a quienes quieren eleaborar alimentos seguros, ricos y duraderos: desde emprendedores y fábricas hasta personas que simplemente disfrutan cocinar y conservar en casa.