Cada 29 de septiembre se recuerda la importancia de tomar conciencia sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos
Raíces, tallos, frutas y verduras que quizás no se ven “perfectas”, también nutren y pueden transformarse en nuevas preparaciones. El compost devuelve vida a la tierra, y las conservas permiten aprovechar lo que de otra manera se perdería.
Pequeños gestos en nuestra cocina generan un gran impacto en el planeta
Hoy te hablo desde mi huerta en el día de la concientización sobre el desperdicio y la pérdida de alimentos.
Una de las cosas que quiero que sepas es que cuando compres verduras, las hojas exteriores, por ejemplo en este caso del repollo, sirven para un montón de preparaciones. Tortillas, torrejas, lo que quieras. Hojas de remolacha, lechugas un poco pasadas, las hojas verdes de puerro y cebollas de verdeo. Nada se tira, todo se transforma.
Otra de las cosas que yo hago es compostar lo que no uso para cocinar. Esto sirve para hacer tierra de mejor calidad que vuelve a la huerta o a una maceta si es que no tenés patio.
También podés no descartar frutas huertalizas que estéticamente no están divinas como esta, pero que igualmente son comida con todos los nutrientes.
Mi vida son las conservas y esto es una forma que encontré para evitar el desperdicio de alimentos.
Esta conserva de berenjenas la hice en enero y hoy, 29 de septiembre, la disfruto junto a ustedes.