En este mundo, las aceitunas son las verdaderas protagonistas. Pequeñas, saladas y llenas de carácter, tienen su propio sistema de clasificación según el tamaño: van desde la triple cero (000) —la más grande de todas— hasta el número tres, que es la más chiquita.
La que tengo hoy en mis manos es una doble cero (00). No es la más grande del ranking, pero para mí, es la más sabrosa. ¿Por qué? Porque cuanto más carne queda pegada al carozo, más sabor concentra la aceituna. Tiene ese equilibrio perfecto entre pulpa, textura y ese toque salino que la hace irresistible.
Las más grandes —como las 000 o las 0— suelen ser más vistosas y carnosas, pero también más caras. En cambio, las más pequeñas entran en mayor cantidad en el frasco y resultan más económicas. Al final, todo depende de lo que busques: presentación, textura o sabor.
Así que la próxima vez que veas una etiqueta con esos numeritos misteriosos, ya sabés: no es un código raro, es la forma en que se mide el tamaño (y muchas veces, el precio) de tu aceituna favorita.