Acaba de llegar Papá Noel y me trajo una buena cantidad de frascos. Obvio que no los voy a dejar guardados sin hacer nada, así que hoy te muestro cómo reciclarlos para que estén listos para tus conservas.
Paso 1: Seleccionar frascos y tapas
Primero me fijo: los frascos con tapa de metal sirven para conservas, mientras que los de tapa plástica los reservo para otras cosas.
Las tapas viejas se descartan, y los frascos los voy poniendo en un balde grande.
Paso 2: Remojo
Lleno el balde con agua y un chorro de detergente y los dejo en remojo mínimo dos o tres días. Esto ayuda a que las etiquetas se despeguen casi solas.
Paso 3: Lavado
Cuando la etiqueta ya sale fácil, es momento de lavarlos bien:
Uso cepillo para limpiar el interior y, especialmente, el cuello del frasco.
Para los restos de etiqueta que queden, me ayudo con una esponjita de acero.
Después de este proceso, las etiquetas salen súper fácil y los frascos quedan limpios.
Paso 4: Secado y almacenamiento
No es necesario hervir los frascos vacíos. Solo: Lavarlos bien con agua y detergente espumoso
Revisarlos visualmente que estén impecables
Dejarlos secar sobre un repasador limpio hasta que los vayas a usar
Una vez secos, los podés guardar en una caja, listos para cuando quieras hacer tus conservas.